El juicio de la Corte Penal Internacional (CPI) contra el sospechoso yihadista Ahmad al-Faqi al-Mahdi por el ataque y destrucción de edificios históricos y religiosos durante la ocupación de Tombuctú en 2012 comenzó el 22 de agosto. A continuación una serie de datos sobre el primer enjuiciamiento enfocado solo en los crímenes de guerra por la destrucción de patrimonio cultural – y el primer juicio ante la CPI en el que el acusado se declara culpable.
Un juicio marcado por primeras veces
A lo largo de la historia ha habido numerosos casos documentados de destrucción de monumentos religiosos e históricos. Sin embargo, el caso de al-Mahdi es el primero ante la CPI.
Según el Centre for Global Heritage and development, el juicio de al-Mahdi ante la CPI marca la primera vez en que se considera la destrucción de patrimonio cultural, por sí sola, como un crimen de guerra según el derecho penal internacional.
También es el primer caso presentado por la Fiscalía en la situación de Malí, y la primera vez que un sospechoso yihadista comparece ante la CPI.
También se espera que Al-Mahdi sea el primer acusado ante la CPI que se declare culpable de los cargos por los que se lo acusa.
“No estoy sometido a ninguna presión. Soy plenamente consciente del significado de declararse culpable y las consecuencias de mis actos – estoy dispuesto a afrontar los cargos de los que se me acusa. Los testimonios y la información reflejan la verdad de lo que ocurrió. Gracias, Señora Presidenta”, al-Mahdi declaró ante la Magistrada de la CPI Joyce Aluoch durante la confirmación de sus cargos en marzo.
“Es destacable que el sospechoso del caso haya expresado ya su intención de declararse culpable. Es crucial, ya que potencialmente agilizará los trámites judiciales y permitirá desencadenar los procesos de reparación, acercando la justicia a las víctimas y construyendo el camino para la reconciliación,” señalaron Sam Sasan Shoamanesh y Gilles Dutertre de la Fiscalía de la CPI.
Al-Mahdi acusado de la destrucción de patrimonio musulmán en Tombuctú
Al-Mahdi está acusado de crímenes de guerra por ataques directos contra monumentos históricos y edificios religiosos, declarado por el Estatuto de Roma como un crimen de guerra, y es sospechoso de haber cometido, facilitado u contribuido de otras formas – por sí solo o con ayuda de otras personas – con los ataques.
Es sospechoso de haber ordenado y haber llevado a cabo la destrucción de nuevos mausoleos que formaban parte de la famosa mezquita de Tombuctú Sidi Yahia, construida durante los siglos XV y XVI y considerada Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1988.
El juicio “no es solo sobre piedras y paredes”, declara al Fiscal de la CPI
El caso de la CPI será clave para clarificar la competencia de la Corte para suministrar justicia a diferentes tipos de daños y víctimas.
Teniendo en cuenta las especiales connotaciones del caso, a efectos de responsabilidad y por ende de la justicia, diversos grupos de personas afectadas han sido autorizadas para participar en el juicio de al-Mahdi ante la CPI, ya que la Corte ha identificado daños potencialmente emocionales y económicos ligados a la supuesta destrucción de patrimonio cultural cometida por al-Mahdi.
“Aclaremos la situación para que no haya lugar a errores: los cargos de los que se acusa a Ahmad al-Faqi al-Mahdi suponen cargos por delitos muy graves; relacionados con la destrucción de monumentos históricos irremplazables, y ataques crueles contra la dignidad e identidad de poblaciones enteras, su religión y sus orígenes”, declaró la Fiscal de la CPI Fatou Bensouda, añadiendo, “No se trata sólo de un montón de piedras y paredes.”
La significativa participación de las víctimas en el juicio deja en claro la importancia de la destrucción de este tipo de propiedades, cultural e históricamente claves, para toda una comunidad de personas.
La CPI pretende proteger el patrimonio cultural global
La decisión de la Fiscalía de la CPI de aceptar esta supuesta destrucción de propiedad cultural de la situación en el norte de Malí se ha considerado como un ejemplo del compromiso de la Fiscalía de la CPI para con los crímenes internacionales graves y su compromiso de hacer cumplir el Estatuto de Roma de manera efectiva. En esta misma línea, la Fiscalía está desarrollando un documento político respecto a la protección del patrimonio cultural bajo el Estatuto de Roma.
Los expertos han señalado que la Fiscalía de la CPI promueve de esta manera la rendición de cuentas ante este tipo de actos en todo el mundo, y demuestra también cómo la cooperación internacional puede mejorar la protección del patrimonio cultural.
“Este caso […] marca un precedente histórico que debería promover la rendición de cuentas por la destrucción de patrimonio histórico y cultural en todo el mundo. […] Además, este caso envía un mensaje claro sobre el papel de las organizaciones internacionales y de los acuerdos multilaterales a la hora de definir la protección el patrimonio de la humanidad y los valores de nuestro patrimonio monumental. Por último, este caso muestra cómo la cooperación internacional puede llegar a ser un arma muy efectiva para proteger bienes culturalmente importante para la humanidad”, declaró la Directora General de la UNESCO Irina Bokova.
La sociedad civil pide que se enjuicien otros crímenes ocurridos en Malí
La Federación Internacional para los Derechos Humanos (FIDH) y la Malian Association for Human Rights (AMDH) han recogido pruebas de los presuntos crímenes de lesa humanidad, de guerra, entre los que se incluyen casos de violencia sexual y de género, contra al-Mahdi y otros 14 individuos. Durante una misión sobre el terreno al norte de Malí, las organizaciones recogieron numerosas pruebas y testimonios de víctimas de grupos islamistas armados, 33 de las cuales han sido presentadas ante el Tribunal Superior de Bamako.
“Reconocemos la importancia del juicio por la destrucción de patrimonio cultural, pero lamentamos profundamente que los cargos contra Al Mahdi no fuesen los suficientemente amplios como para incluir también crímenes contra la población civil, incluyendo crímenes sexuales y de género, cuyas víctimas son tan a menudo olvidadas en los procesos de rendición de cuentas”, comentó FIDH.
Otros, aún considerando la importancia de los cargos por la destrucción de patrimonio cultural, han insistido que la Fiscalía debería investigar otras presuntas acusaciones contra al-Mahdi, entre las que se incluyen violaciones, esclavitud sexual y matrimonios forzosos.
“La destrucción de monumentos históricos y religiosos es una afrenta seria contra la humanidad, ya que repercute sobre nuestra comunidad internacional. Sin embargo, poner el foco solo sobre el daño cultural producido no debería descartar la búsqueda de justicia para otro tipo de crímenes que también se habrían cometido en el lugar, especialmente cuando también se habrían cometido por la misma gente”, dijo Journalists for Justice.
“Algunas víctimas se sienten abandonadas ya que no tienen acceso a la justicia, ni en Malí ni en la CPI”, añadió Bintou Founé Samaké, presidenta de la Malian NGO Women in Law and Development.
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